Para nuestros pequeños leer y escribir debe ser algo maravilloso, pero como padres y maestros, en ocasiones, desconocemos todo lo que esto implica: retos, frustracciones, curiosidad, temor, inseguridad, alegria, nuevas ideas y palabras y mil cosas más! Este espacio pretende compartir experiencias como madre y maestra, las cuales nos permitiran, acompañar a nuestros hij@s en el día a día lleno de saberes y descubrimientos.
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viernes, 8 de febrero de 2013
viernes, 1 de febrero de 2013
Y los maestros....Qué?
Leer
debe significar para el ser humano un momento de placer y disfrute que lo lleve
a explorar mundos mágicos y lejanos, nuevos saberes y por qué no reinos inimaginables,
sin importar si tienes 5, 15 o 25 años.
Lamentablemente
hoy en día a pesar de las facilidades
que tenemos para adquirir un buen libro no le damos ni la importancia, ni el tiempo necesario. Es
por eso que la escuela o el colegio se convierten en un espacio donde se debe
motivar a este amor por la lectura, desde sus primeras palabras hasta la
consolidación del lenguaje oral y escrito.
Crear
una cultura lectora debe ser tarea de todos, pero es fundamental el papel del
maestro, independiente del marco institucional en el que se labore.
La
mayoría de las personas que aman la lectura y disfrutan de ella, en algún
momento de su vida, han tenido como referente un maestro. Y es que no podemos
olvidar que la escuela es uno de los espacios, donde se debe estimular y
consolidar las prácticas lectoras y escritoras de los niños y niñas, sin
importar el nivel de escolaridad. Es decir, influye tanto la maestra de
párvulos, como la maestra o el maestro del décimo grado.
Los
maestros somos los lectores y por qué no los escritores, más experimentados que los
niños tienen a su alcance. Es por esto que se hace infaltable, que los maestros
en el aula de clase, lean y escriban; se equivoquen, duden y consulten el
diccionario; inventen historias locas, dibujen y organicen concursos de cuento,
donde ellos sean los primeros en participar; escriban borradores de posibles
historias y enseñen a sus niños que la palabra borrador tiene un nuevo
significado.
Como
maestros debemos participar activamente para convertir nuestro salón de clase
en un espacio lleno de color, de magia, de vida; donde las palabras tengan un
lugar, en la mente creativa de cada uno de nuestros alumnos.
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