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viernes, 7 de septiembre de 2012

Cuando un niñ@ dice: ¡mamá, no quiero leer!

Cuando un niño o una niña manifiesta el no querer leer, debemos observar el entorno que lo rodea; el colegio y la casa, pues existen diversos factores, en ambos espacios, para que algunos niños y niñas no disfruten de un buen libro.


A continuación cinco puntos que debemos tener en cuenta, en caso de que nuestros niños muestren apatía por la lectura.

1. En el caso de aquellos que ya saben leer; influyen las dificultades que puedan tener para leer de forma fluida, esto no les permitirá ser parte del libro o de la historia y no disfrutará la magia de la palabra escrita. En este punto es fundamental el papel de los padres en detectar estas anomalías y hablar con sus maestros, para iniciar un plan conjunto de trabajo, cuidando que la lectura por gusto o placer, no se convierta en la tarea para leer mejor.

2. Los libros y los cuentos no son adecuados para su edad, o para sus competencias lectoras. Si tenemos niños muy “peteñitos” los libros deben ser manipulables y de materiales resistentes como cartón grueso, plástico o tela. Ya para los más grandecitos debemos tener en cuenta que las historias no sean, ni muy complejas, ni muy simples.

3. Los temas no son del interés de los niños; en este punto como padres o adultos cercanos, podemos hablar con los niños para saber que les gusta, o sobre que les gustaría aprender.

4. No tienen el ejemplo de su entorno, no les leen o no les han leído en voz alta.

5. No hay suficientes libros a su alcance y esto no les permite estar en contacto con los libros.

Investigar el por qué un niño o niña es reacio a la lectura, nos permitirá encontrar las causas para luego buscar estrategias, que nos permitan acercarlo poco a poco, a momentos de aventura y misterio a través de los libros.

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